La acogida por su parte es increible, insuperable (aunque ellos lo superan año tras año). Siempre dándonos todas las facilidades del mundo, las familias se desviven por los alumnos sin esperar nada a cambio, solamente su felicidad y su sonrisa. Los profesores y Hermanos están atentos en todo momento, que no nos falte de nada es su ilusión y trabajo de cada día. Y para algunos, incluyendo las familias que repiten experiencia, su ilusión de cada año.
Por todas estas razones, y por lo que están viviendo y aprendiendo, da gusto llegar a clase cada mañana y ver las caras de felicidad de los españoles, las ganas con las que cuentan lo que han hecho el día anterior, las risas que se oyen por los pasillos, la complicidad que vemos con los americanos...
Y por esta razón os dejo estos videos de algunos de ellos, para que podáis verlos en vivo y en directo.
El primer día que llegamos, en el hotel, los alumnos ya alucinaron con lo abiertos que son los americanos. Hicieron amigos en un abrir y cerrar de ojos (Y hablando de cerrar ojos, durmieron poco, pero lo pasaron muy bien charlando con ellos...) En el colegio esperaban las familias, muchos nervios y mucha expectación.
El lunes, al regresar al colegio y tras haber pasado el fin de semana con ellos, ya se encontraban muy agusto y contaban con mucha ilusión las actividades del fin de semana. Algunos nada más llegar, fuimos a ver un partido de fútbol del colegio, como siempre, a lo grande. Esta vez entendíamos las reglas, la semana que viene en el de fñutbol americano estaremos un poco más perdidos, pero será todo un espectáculo.
La semana ha pasado rápida, acuden a las clases en grupos y comen con todos en la cafetería del colegio, como cualquier otro alumno (aunque en cantidades creo que les superan con creces). Como llevan uniforme a veces es difícil encontrarles entre los cientos de alumnos que hay allí sentados. Pero siempre se les oye un poco más alto... ;-)
El viernes, lo más esperado: ¡La visita a Nueva york! Aunque tuvimos que caminar más de lo previsto, regresaron encantados. Para algunos era la primera vez que estaban allí, para otros no, pero todos lo disfrutaron mucho. Alguno decía al regresar que había sido uno de los mejores días de su vida, así que solamente por verlos así y oir esas cosas merece la pena el estrés de caminar con 35 alumnos por la Gran Manzana...
Que caras de felicidad y que buen humor, a pesar del brócoli.A seguir disfrutando.
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